Esta cifra es el compromiso que se ha de realizar para acudir al campamento que cada año organiza la Adaner de Granada (Asociación en Defensa a la Atención a la Anorexia Nerviosa y a la Bulimia). En la noticia publicada en El País el día 13 del pasado mes de Agosto se explica que durante el período de tiempo que dura el campamento, los jóvenes junto con unos monitores conviven en una granja escuela llamada Huerto Alegre, donde lo que se intenta lograr es normalizar el comportamiento alimentario.
En un día se reparten 5 comidas, en ellas suelen estar alimentos que los pacientes no suelen comer, pero se ven obligados a hacerlo, puesto que están rodeados de monitores y voluntarios según la distribución de las mesas. Al terminar la comida se observan los platos, y no puede quedar nada. Además en el campamento no se puede hablar de trastornos alimentarios ni nada relacionado con ellos. Esto se logra con una vigilancia estricta. Y, ¿Cómo logran la vigilancia por la noche? No es necesaria, debido al gran cúmulo de actividades deportivas y de ocio que tienen durante el día las jóvenes caen rendidas al llegar la noche.
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