Este nuevo problema trata de un trastorno alimentario ligado al sueño, que consiste en una gran ingesta de comida mientras estamos dormidos. Las personas que lo padecen sufren un atracón sin ser conscientes de él y pueden percibirlo por los envoltorios de comida vacía que han dejado o las huellas que han dejado durante la comilona. Los comedores dormidos constituyen un 1% de la población, en su mayoría son mujeres que se levantan de cama y se dirigen a la nevera como si fueran sonámbulas, sin disfrutar de lo que están comiendo.
En realidad el nombre técnico de esta patología es el desorden de la ingesta nocturna relacionada con el sueño y en su severidad influyen tanto la interrupción del sueño y el aumento de peso como el peligro potencial que sufren estas personas, puesto que pueden llegar a preparar comidas dormidos o ingerir objetos no comestibles.
Comer mal + dormir mal = fatiga, malestar general, baja autoestima, y el progresivo aumento de peso que daña poco a poco al organismo.
Los trastornos alimentarios son una serie de problemas patológicos cada vez de aparición más temprana y más comunes en nuestra sociedad que consisten en la generación de una obsesión por la comida que se ingiere, el peso o el cuerpo.Este problema se ve tremendamente agravado por la sociedad en la que vivimos, donde la delgadez extrema está unida al éxito, en todos los sentidos. Los trastornos alimentarios más comunes son la anorexia y la bulimia nerviosa, la ortorexia y la permarexia.
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